Me declaro muy fan de unos establecimientos llamados «La abuela costurera», una cadena de tiendas donde te aseguran botones y te cosen los bajos (de los pantalones, no te dan puntos de sutura en los genitales para sellarlos, creo). En algunos de ellos (yo tengo localizados 2 en Barcelona) exponen en la puerta unas representaciones en trapo de una abuela costurera. Son muy graciosas. Tipo ésta:
Las hay más y menos hechas caldo. Es como que se han caído del altillo, o están muy cansadas, o quizá en coma, o fallecidas. A mí me han asustado muchas veces, yendo por la calle y sorprendiéndome de golpe, descubriendo a traición esta especie de duendes al girar una esquina.
Me gusta mucho y aplaudo la iniciativa de esta cadena de establecimientos. ¡Más muñecos de trapo representando personas flácidas en la calle y menos neones!