Perdonad que siga hablando de «snacks» (1) pero he vuelto a vivir una experiencia traumática con ellos (2). En esta ocasión se trató de una bolsa de «papa delta original» (3).
Un nombre que sería fabuloso para un Santo Padre. Bien, llevaba unos segundos devorando papas deltas con fruición. Su sabor me parecía tan artificial como delicioso. Era como lamerle los pezones a un Nexus 6. Veamos en detalle un original papa delta:
Y de pronto…zasca! (hoy me siento retro, ¿qué pasa?) me hallé a mi mismo masticando a Andy&Lucas:
Y aquí fue cuando me enfadé muchísimo porque, NUNCA, JAMÁS, y esto es de lógica (y opino que es algo que un patatero debería aprender en primero de patatería), NUNCA se debe hacer el cromo del mismo tamaño que la patata:
Encabronéme en grado mil. Y un ratito más tarde se me pasó el enfado.