Público – Persona, animal o cosa (09/07/11)

Hace más de diez años, cuando empezaba en lo del teatro, con mis compañeros de compañía viajaba con frecuencia a Girona. Actuábamos en una sala llamada Platea, con la que nuestro manager tenía tratos y donde nos conseguía unos cuantos bolos al mes.  De la misma manera, como acabábamos tarde de trabajar, y el pueblo nos pillaba a dos horas de coche, nos reservaba unas habitaciones en una pensión modesta pero limpia y tranquila en la ciudad. Esto nos daba una excusa excelente para irnos de picos pardos tras la función.

Continuar leyendo la columna